IRACARA

(FRAGMENTOS)

IRACARA

1

Tocados por el oro de la persistencia
sin ejes
pero con línea fija en el firmamento
proseguimos
frente a la línea quemante
rebotando como cables pelados
en pie de fuga contra los muros

Plantados

al margen de las Cámaras de Gas
del Salón Elíptico
sordos a las sesiones fúnebres
de su Majestad:
ignoramos
la firma del desencanto
montando señales de humo
más allá de los silencios y
los sufragios universales

Es la ley de una especie de irredentos
que por años durmió en la tiniebla

Hacer del golpe un hechizo en el acto

4

Desde aquí veo el penthouse de los edificios

Amor”
debe ser “divino” sentarse en la terraza
arengar contra el régimen de oprobio
y mantener el pellejo intacto
sin sobresaltos
ni cautela
decirse ñángara cuando la eterna paz
es una reunión de guabinas libando
fruit ponch
lejos
de las razzias policiales
mirando a las chicas que manifiestan
y son heridas
y resguardadas
por sus novios
y por mucho tiempo deshechas hasta que otra vez el Sol sale
y edifica la página de las enigmas

6

No era cuestión de asombro

Registrar los textos en el Castillo Oficial
de la inmundicia
los mismos que lavaron sus dólares
en el estiércol
se robaron el país
sin siquiera bordar un pañuelo
para llorar a solas el desangre
Gozando del voto y el sufragio universal
saquearon el erario de la nación
hipotecando la noche en hoteles de Palm Beach
al mismo tiempo que prometían
por cadena de radio y televisión
ejercer el mando de los símbolos patrios
ocultando sus vergüenzas a la sombra
de solemnes desfiles y ruidosas bacanales

7

Amor”
Esto no es un acta de condena
ni tampoco una pira escondida

en los pasillos de la Universidad

Congregación de los armados

reunid la ternura
y vistamos su ala de doncella

que sean desenterradas las voces
de los templos y renazcan las hachas

Uranio de los desocupados

Volantes de las limusinas presidenciales
abrid las compuertas del diluvio
y que el impostor se estrelle bajo las aguas

Conectado a los postes estallaremos
y la urbe será un oscuro estadio
sin posibilidad de esconder sus velas

9

Y nosotros qué haremos

( )
Estamos cercados
ningún segundo pasa en balde
estar aquí o allá
en un montón de algodón o
en la verja del parque
cualquier lugar es posible
para sentir que eres
una flor canela
entreabierta
que se cierra y
se abre
cuando toco madera
y entro
y soy vivo en ti
y tu liso vientre de piedra temblando
es mi vientre
y mi cuello
son los besos de tu boca
y dulce es la sal si nos movemos desnudos, mordidos
porque moverse así es partir en un barco
a una isla de sueño
de donde no regresamos jamás

11

Iracara estos son los fuegos del reino

Escuchad
vosotros que cambiáis el abrazo por azufre
recojan las cachas
y desenfunden sus miserias
que el tiro al blanco no será un desarmado
aterido en la frontera del odio

Nosotros heredamos de los mayores
la revuelta

los que fuimos educados en motines estudiantiles y
asambleas generales
aún persistimos con la mano en el asa

Algún día no será sólo el poema

Algo nos queda además del tormento
el verbo de los alzados no hace tregua y
quienes hablen de paz
que ordenen primero sus casas
arrasadas por la ignominia

12

La luz de los que muerden el infierno
me acompaña en los días de navaja
quien coja el monte que se persigne primero
con una brasa encendida

Las niñas del “Country“ desean partir
para matar el aburrimiento

serán estrellas en las noches solitarias

amarán a sus hombres
como a sus grados de olivo
se bañarán con agua de quebradas
olerán a encuentro
nunca pisarán los peines
cuando vuelvan a las ciudades

Damas del correaje mortal podrán ser

ya que otra existencia se vislumbra
más allá del party y las discotecas

La vida en llamas por ejemplo
un plan donde conspiren los más bellos
bandadas de pájaros blindados

en caravana incendiando los cielos sin piedad

13

No todo está perdido

Exaltaré hasta el último sol
a mis camaradas
Querré hasta siempre lo imposible
procrearé a mis hijos navegando en un buque
a plena luz del día

No me casaré a los 33 años

ni moriré en Río de Janeiro
no me arrepentiré de mis pecados
ni veré mi vejez
no cerrarán mis puños
no callarán mi boca

Pero quizás cuando caiga la noche

alguien rendida por el sueño
me verá
llorar.

(El Tigre, 21 de junio de 1990)